La pela milagrosa a punto de desaparecer

Ultima Actualización: jueves, 23 de noviembre de 2023. Por: Luis Henriquez Canela

Erick, el travieso de la familia, a sus apenas 5 años, estuvo a punto de incendiar la casa materna mientras experimentaba con fósforos. A los 8, encerró a sus dos hermanos pequeños en el clóset mientras su madre daba clases en la escuela. En ese momento, dejó a los tres varones solos, supuestamente al cuidado de Erick, ya que la señora que los ayudaba se enfermó ese día.

El travieso Erick se subía al cielo raso de la casa y permanecía allí por horas mientras todos lo buscaban desesperadamente. Desde arriba, observaba las conversaciones, los lugares donde revisaban y luego aparecía como por arte de magia. Así era él, un alma desordenada en busca de lo que no se le había perdido.

Hoy en día, es odontólogo de profesión, y ¿saben qué dice? Agradece las pelas que su madre le daba, ya que considera que, de no ser por ellas, no sabría dónde estaría.

El otro día, durante una conversación sobre el proyecto de ley introducido al Congreso sobre la prohibición de las pelas, me comentó que la única forma en que su madre controlaba a sus tres pequeños era con la chancleta. Según él, era algo medicinal y hasta milagroso.

Observen, hay muchachos que, de no ser por esa maravilla que es la pela, no serían las personas de bien que son hoy. Es increíble el poder de convencimiento que tiene una buena pela a tiempo. Casi podríamos prescindir de psiquiatras y psicólogos con esas pequeñas advertencias físicas a tiempo, ya que curan la depresión, controlan los egos, fomentan el buen vivir, aumentan la comprensión escolar, acrecientan la disposición a servir, sacan sonrisas, abren el apetito, entre otros beneficios.

No recuerdo dónde leí que un golpe dado a tiempo puede evitar muchos golpes más, y esa es la idea detrás de la primera pela.

Quizás prohibir la pela ahora no cause ningún efecto, pero a la larga, la sociedad pagará las consecuencias.