El Partido de la "Liberacion" dominicana, está ya inhabilitado para seguir en el Gobierno

Ultima Actualización: domingo, 03 de mayo de 2020. Por: Artículo Invitado

Por: Héctor Jerez

"primera parte"

 

Es indudable e incuestionable por demás, que la pandemia del covid-19 ha cambiado el rostro de la aldea global de Mcluhan.

 

Incluso, a entronizado en la comunidad científica - académica, nuevos debates sobre la posibilidad/necesidad, de construir un nuevo orden o un nuevo pacto social que supere el de Rousseau de los albores de la revolución francesa. 

 

República Dominicana no es excepción, también aquí, habrá nuevos debates.

 

Veamos algunis tips que lo inhabilita, los compromisos que tiene la actual gestión de gobierno con la corrupción y sobre todo, con la impunidad, lo descalifica automáticamente para seguir en el poder pues, se impone hoy, con más fuerza que ayer, la optimizacion del uso de magros recursos y, eso no es posible hacer en corrupción.

 

Por otro lado, se requiere hoy con suma urgencia, introyectar en el imaginario del colectivo social dominicano un efecto de esperanza, de ilusión que nos catapulte a la zona de un nuevo tiempo y, el desgaste de esta gestión, amén de los magros resultados sociales, lo incapacita para ello.

 

El PLD, no puede cifrar nuevas esperanzas, no puede parir nuevos sueños, renovadas ilusiones, necesarias para construir lo nuevo, no puede hacerlo porque, sencillamente, se hizo viejo en el ejercicio inadecuado del poder, perdió la magia, el encanto y sobre todo, la confiaza. 

 

Del vientre de un partido viejo, acostumbrado al uso abusivo y desconsiderado del poder, de un ejercicio patrimonial de la gestión pública, de la arrogancia y la infamia, no puede salir nada nuevo, ahí, hay graves e infames atavismos culturales.

 

Una pequeña muestra de ello es el manejo dado a la pandemia covid-19, grupismo, individualismos, oportunismo de lucro económico, mezclado con otras nauseabundas prácticas. 

 

Asistir a los millones de necesitados en medio de ésta calimidad social, es deber de un  gobierno y por demás, de cualquier ser humano que tenga la posibilidad de hacerlo, pero, traficar con esas necesidades es otra cosa, es infamia.

 

Por otra parte,  sus esquemas y concepciones sobre sobre la política, la economía y el poder, chocan frontalmente con lo que está pariendo el covid-19 como nueva realidad societal.

 

El nuevo impulso, la magia de un nuevo sueño que necesitamos, se abortó en el  viejo vientre del PLD.

 

En fin, estamos ante un punto de inflexión en la historia de la humanidad, un punto de cierta ruptura, entonces, habría en el país una disritmia peligrosa, un partido viejo, con viejas y malas mañas, gestionando una realidad social que le es ajena y extraña a su cultura y estilos de regir.