El rechazo dominicano a la fusión con Haití, no es racial sino histórica

Ultima Actualización: lunes, 26 de septiembre de 2022. Por: Rafael Hernandez

Por A. Rafael Hernández Figueroa

Los dominicanos hemos convivido y seguiremos conviviendo como un pueblo cosmopolita y solidario. Aquí también se introdujeron esclavos africanos durante la época colonial, y no fueron bien tratados por los esclavistas que nos gobernaron.

Sin embargo, una vez abolida la esclavitud se integraron como dominicanos, ya con un grado de mestizaje bastante avanzado y naturalmente inculturados por el sistema de clases dominante.

Luego durante el régimen de Boyer se trajeron negros desde los Estados unidos y asentados en Samaná, que también asumieron la cultura y nacionalidad dominicana.

Posteriormente, se establecieron en el país los negros de las islas (Jamaica, Bahamas, Caicos, Turca, Tórtola, Puerto Rico, Cuba, Martinica, entre otros) quienes también asumieron la cultura y nacionalidad dominicana de manera natural.

Todos vinieron a trabajar en los oficios más pesados (cortadores de caña, recolectores de café, cosecheros de tabaco, mecánica industrial, freidores de chicharrones, mecánica en general, cavadores de zanjas, albañiles, pescadores, carpinteros, entre tantos oficios).

Todos sin excepción casaron con dominicanos y dominicanas y han hecho una vida normal, que ni siquiera se nota. Han contribuido a la sociedad en lo económico, cultural, político y en lo genético, de manera natural y espontáneo.

Nunca nadie ha hecho una crítica, ni un reclamo, ni formado grupos de presión ni ONG para reclamar derechos o privilegios para esos laboriosos ciudadanos, porque ellos han tenido logros aquí, que en su tierra originaria no les era posible.

También hay que reconocer que muchos han vivido en la miseria, porque siempre hay quienes luchan y luchan, pero que por algunas razones que no vienen al caso, no progresan y hasta cierto punto han sido marginados por el sistema imperante.

Pero los haitianos sí reclaman, nos odian y demuestran su odio denunciandonos ante organismos y tribunales internacionales y cuentan con Quintas Columnnas en el país, que les hacen coro, por motivaciones estrictamente partidaristas y politiquería demagógica.

No nos sacan el guante, porque están más que convencidos que las causas de sus desgracias somos nosotros y no su mentalidad tribal y sus creeencias ancestrales, sus maldiciones hacia nosotros y ver que siempre nos ocurre lo mejor, mientras sus dioses Ogún y demás no los protegen de sus propios gobernantes que los tienen en Apatridia al no otorgarles siquiera un acta de nacimiento al nacer, dejándolos en Apatridia, la cual quieren endilgársela al gobierno dominicano.

Con respecto a Haití, tenemos que poner las cosas claras. No es verdad que esta isla les pertenece a ellos. De ser así, si se basan en tratados y dominaciones que han ejercido sobre nosotros, entonces Inglaterra podría alegar que Estados Unidos le pertenece; España podría alegar que toda América le pertenece; la misma Francia podría alegar que Haití le pertenece, y creo que hay que dejarse de boberías con un argumento tan débil.

España conquistó esta isla y ejerció dominio sobre ella, colonizándola, o sea fundando ciudades e imponiendo su régimen y autoridad. Nadie puede discutir eso. Todo el mundo sabe que España en su incapacidad para sostener el dominio político, social y económico de estos vastos territorios, cometió gravísimos errores, el primero de los cuales fue decretar un Monopolio Comercial, obligando a toda su colonia a solo comercializar con España.

Cuando las potencias capitalistas de Europa supieron de esta medida, se decidieron a romper el monopolio a cualquier precio, y de ahí surgieron el contrabando y la piratería, tan bien explicada por Juan Bosch en su obra “De Cristóbal Colón a Fidel Castro, el Caribe frontera imperial”.

Otro de los graves errores de España fue mandar a despoblar las costas norte y occidental de nuestra isla para ingenuamente evitar el contrabando, que realmente estaba resintiendo su economía. Pero esa fue una medida fatal, de la que España nunca se ha arrepentido. Sin embargo, le costó caro.

Porque entonces los filibusteros, contrabandistas, desembarcaron y encontraron estas tierras hasta con cultivos en momentos de cosecha y suficiente ganado para cazarlo y preparar sus carnes para embarcarla a Europa, junto a sus cueros y sebo (bucaneros).

Pero España no tenía capacidad en esos momentos para restablecer el dominio sobre esos territorios saqueados por bucaneros y filibusteros, ya que estaba utilizando sus soldados para conquistar territorios y pueblos con riquezas inconmensurables; tanto, que de hecho nos dejó abandonados.

Fue entonces cuando estos bucaneros y filibusteros levantaron poblados en esos territorios y como de vez en cuando España enviaba cuarentenas armadas de machetes a combatirlos, ellos decidieron pedir ayuda a Francia, la cual ni corta ni perezosa les nombró un gobernador (D’Oregon). En Ryswick el 20 de septiembre de 1697 España sigue utilizando esta isla para beneficiar a Francia mediante un tratado que ponía fin a una guerra irracional en la que se había involucrado contra Inglaterra, Francia y Países Bajos, le reconoció la existencia de esa colonia de Saint Domingue en la parte occidental de esta isla para lo cual el 20 de junio 1777 para salir de otros líos en Europa fijó la frontera entre las dos colonias mediante otro Tratado.

Tras la Revolución Francesa, la declaración de los Derechos Humanos y abolición de la Esclavitud, que le fuera negada a la rica colonia francesa de Saint Domingue, provocó las rebeliones de los negros esclavos que comenzando por Ogé, Jean Francois, Bukman, Toussaint, Pethión, Dessalines y Cristopher, proclamaron su independencia de Francia el 1º. de enero de 1804 con todos los méritos del mundo, pero pasaron por las armas a todos los blancos.

Y de este lado de la frontera seguíamos bajo el dominio francés, hasta que en 1809 regresamos al dominio español por la miopía de Sánchez Ramírez de no entender el proceso libertario que se estaba desarrollando en toda América. En 1821 Núñez de Cáceres proclamó el Estado Independiente de Haití Español, que fue tronchado por la invasión de Boyer que vino y ocupó esta parte durante 22 largos años.

Durante el dominio de Boyer, no hizo el menor esfuerzo por reconocer a la nacionalidad dominicana a la que mantuvo oprimida, solo saqueando sus riquezas y confiscando propiedades para repartirla a las élites militares haitianas, creando leyes opresoras. No hizo nada por unificar ambas naciones, sino en oprimir a la minoritaria nacionalidad dominicana, cuyo segmento de piel clara estuvo siempre amenazada de ser fusilada por ser racistas y tener una constitución racista y el espejismo mental de que la isla era “una e indivisible”, y justo lo sostenía quien mantenía la división más profunda entre ambos pueblos.

Analicen eso bien. La isla, lo material era indivisible, pero las naciones que somos el elemento humano, sí teníamos que seguir divididos por motivos raciales. Nos independizamos de Haití en 1844 y pese a durar 12 años de guerra sin poder vencernos, nunca han querido reconocer esta independencia.

En 1861 Santana nos traicionó y vendió a España, quien vino como todo imperio a imponerse y saquear nuestras riquezas, despreciando al elemento dominicano por ser negro y mestizo. Otro racismo más que se sumaba a nuestro escaso nivel educativo.

Enfrentamos al poderoso ejército español y como Haití temía que de quedarse España dominando aquí, no pasaría mucho tiempo para ocupar a Haití y reestablecer la esclavitud, entonces ayudó a los rebeldes dominicanos a luchar y desgastarse en una guerra desigual contra España, mientras ellos estaban tranquilos, y nunca intervinieron en el conflicto tal y como se lo pedía el gobierno restaurador de Santiago. Nos dejaron solos luchando contra el más poderoso ejército del mundo en esos momentos, quizás pretendiendo que al quedar tan débiles tras esa devastadora guerra, les resultaría fácil dominarnos de nuevo.

Al finalizar la guerra restauradora recuperamos nuestra Soberanía, y se envió una Misión Oficial para buscar el reconocimiento de nuestra Independencia de Haití y/o buscar una fórmula de entendimiento entre ambos estados, y no hubo respuesta. Su afán era dominarnos, ni siquiera aceptaron una Federación. Luego de eso hemos firmado una serie de tratados fronterizos con ellos y ninguno lo han cumplido ni respetado y continuaron ocupando territorios de este lado de la frontera trazada en 1777 en Aranjuez.

Ulises Heureaux y Trujillo les entregaron tierras dominicanas y tampoco estuvieron conformes, porque según ellos era todo el territorio de la isla que les pertenecía. Pero todo esto basado en una falacia, es lo que se enseña como Historia en Haití, de que este territorio todo le pertenece a ellos y que nosotros no somos más que unos intrusos aquí.

Esa es la situación de que se valen Francia, Estados Unidos, Inglaterra, Canadá y otros países en la ONU para promover la fusión. Esa es la gran mentira que se enseña en Haití y las universidades de EE. UU y Europa.

Si no nos lanzamos a defender nuestra Soberanía, ya Danilo y Abinader firmaron con la ACNUR un protocolo para que ahora con esta crisis creada por las mismas potencias, los haitianos vengan masivamente a refugiarse aquí, donde con nuestros impuestos habrá que mantenerlos de por vida, porque ¿Creen ustedes que ellos van a trabajar regalándoles todo? Además se mudaría todo Haití para acá. A movilizarnos pues.

Hay que marchar contundentemente y superar 10 veces la traidora marcha Verde y manifestaciones de la Plaza de la Bandera. Despues no digan que no fueron advertidos, esto es inminente, cuaquier día despertaremos con los campamentos en la frontera y ya habremos perdido todo.