La presencia de familias fue más notoria en horas de la tarde, ya que esta playa se llenó por completo.

La llegada de bañistas nacionales, extranjeros y residentes en este municipio, provocó un mayor dinamismo en las actividades propias de la Semana Mayor, especialmente entre los comerciantes, los cuales tenían varios días que “no realizaban buenas ventas de sus productos”.

Sin embargo, otros comerciantes, en cambio, dijeron a redactores del periódico puertoplatadigitañ.com, que sus negocios “no han sido beneficiados de la afluencia de bañistas”.

Explicaron que muchas familias de las que se desplazan de los pueblos del Cibao “prefieren traer sus propios alimentos y bebidas para consumirlos durante su estadia por nuestra zona en la Semana Santa”.

Pero, no todo fue lamento en este sector de la economía informal, porque algunos de ellos se manifestaron contentos, ya que al parecer lograron llegar hasta los vacacionistas y bañistas públicos con sus productos y por esta razón “hicieron buenas ventas”.

Por otra parte, oficiales de la Policía de Turismo (POLITUR), quienes conversaron con redactores del periódico puertoplatadigital.com,  informaron que en este día, “no fue necesario conducir en calidad de detenido a ninguna persona hasta nuestro destacamento en Sosúa”.

Asimismo, los representantes de la Defensa Civil informaron que en este sábado santo tuvieron que socorrer más de una docena de bañistas afectados por intoxicación alcohólica o por estar ahogándose.

Incluso, se reportó que el joven José Mata, de 22 años de edad, quien alcanzó un alto nivel de intoxicación alcohólica, por lo que no pudo ser atendido por las brigadas de socorro de la Defensa Civil acreditadas en la playa de Sosúa, tuvo que ser trasladado a un centro clínico privado de este municipio, donde quedó internado de inmediato.

En esta playa hubo de todo, desde bailes de ga-ga de los que habitualmente realizan para Semana Santa grupos de haitianos, colocación en los cuerpos de los interesados de los llamados “tatuajes”, variado tipo de música, entre ellos, los famosos reggaetones y la exhibición de comida de la cocina criolla.

La presencia militar policial y de los socorristas de la Defensa Civil constituyó algo notorio, tanto en la entrada y salida de la playa, para que se evitara que personas con armas de fuego debajo de sus camisas cometieran algún hecho lamentable.

En este lugar hubo una gran requisa de las personas que entraban con botellas de vidrio o armas de fuego, las cuales eran despojadas al instante de ambas herramientas para evitar consecuencias funestas en esta Semana Mayor.